Un niño de tres años señala una ciudad que nunca ha visitado y dice que allí vivió antes. Otro describe con detalle cómo murió en un accidente, aunque nadie se lo contó. ¿Es posible que algunos niños recuerden vidas pasadas? O, ¿es solo el resultado de una imaginación muy activa?
Este fenómeno ha intrigado a padres, psicólogos y estudiosos del más allá durante décadas. En este artículo, analizamos casos reales, teorías a favor y en contra, y qué dice la ciencia sobre los niños que parecen tener recuerdos de otra vida.
¿Qué se considera un “recuerdo de una vida pasada”?
La idea básica es esta: un niño, usualmente entre los 2 y 6 años, comienza a hablar de una vida anterior. No es juego ni fantasía evidente. Describe lugares, nombres, fechas y eventos que no forman parte de su entorno.
Lo que más sorprende es la coherencia. Algunos niños no solo inventan historias, sino que ofrecen datos que, en ocasiones, pueden ser verificados. Por ejemplo, mencionan el nombre de una persona fallecida y detalles de su vida que luego se comprueban.
Casos documentados
1. James Leininger (Estados Unidos)
Uno de los casos más famosos. James, desde los dos años, hablaba de aviones de combate, decía haber sido un piloto llamado James y daba detalles de la Segunda Guerra Mundial. Su familia investigó y descubrió que, efectivamente, hubo un piloto llamado James Huston Jr. que murió en combate, tal como su hijo describía. James también identificó personas reales que conoció en esa supuesta vida.
2. Shanti Devi (India)
En los años 30, esta niña de Nueva Delhi afirmaba haber vivido antes en Mathura, con otro nombre y familia. Recordaba detalles tan específicos que se organizó una investigación oficial. Cuando la llevaron a Mathura, reconoció a personas y lugares, y su historia coincidía con la de una mujer fallecida años antes.
3. El caso del niño sirio
Un niño de tres años, en una zona rural de Siria, afirmó haber sido asesinado con un hacha en otra vida. Llevó a los adultos a donde supuestamente estaba enterrado, y allí encontraron restos humanos y un arma. Además, señaló al supuesto asesino, que terminó confesando. Este caso fue documentado por investigadores en reencarnación.
¿Qué tienen en común estos casos?
- Edad temprana: la mayoría empieza a recordar entre los 2 y 4 años.
- Descripciones detalladas de personas, lugares o muertes.
- Recuerdos espontáneos, no inducidos.
- Desvanecimiento con el paso de los años: a medida que el niño crece, los recuerdos se hacen más vagos o desaparecen.
¿Qué dice la ciencia?
La mayoría de psicólogos y pediatras considera que estos recuerdos pueden tener explicaciones racionales:
1. Imaginación infantil
Los niños tienen una imaginación poderosa. A veces pueden tomar elementos de películas, libros o conversaciones y construir historias que parecen reales.
2. Sugestión involuntaria
Los padres o adultos cercanos pueden (sin querer) reforzar ciertas ideas del niño. Por ejemplo, si un niño dice “yo era un señor antes”, un adulto curioso puede empezar a hacerle preguntas que alimentan esa historia.
3. Confabulación
Los niños pequeños aún están formando su memoria. A veces mezclan sueños, deseos o estímulos externos en una narrativa que parece real.
4. Criptomnesia
Algunos niños pueden haber escuchado historias o nombres reales sin que los adultos se den cuenta. Luego, al recordarlos, parecen estar inventando o recordando algo propio, pero en realidad es algo que absorbieron antes.
¿Y si es real? La perspectiva espiritual
Para muchas culturas, la reencarnación es una creencia común. En el hinduismo, el budismo y otras tradiciones orientales, se considera parte del ciclo de la vida. Por eso, los recuerdos de vidas pasadas en niños no solo no sorprenden, sino que se toman muy en serio.
Desde esta perspectiva, los niños recuerdan porque su alma aún está “cercana” a su vida anterior. No ha pasado suficiente tiempo para que el nuevo entorno borre esos recuerdos.
Algunos incluso creen que recordar vidas pasadas tiene un propósito: resolver asuntos pendientes, aprender una lección, o enviar un mensaje.
Estudios sobre reencarnación infantil
El psiquiatra Ian Stevenson, de la Universidad de Virginia, dedicó gran parte de su vida a estudiar este fenómeno. Investigó más de 2,500 casos en todo el mundo y publicó varios libros.
Sus hallazgos:
- Muchos niños daban información comprobable sobre personas fallecidas.
- Algunos presentaban marcas de nacimiento o malformaciones que coincidían con las heridas o causas de muerte de la persona que decían haber sido.
- En muchos casos, no había forma clara de que el niño hubiera accedido a esa información por medios normales.
Su enfoque fue riguroso, aunque muchos académicos criticaron su metodología o sus conclusiones.
¿Qué hacer si tu hijo habla de una vida pasada?
Si un niño pequeño comienza a contar recuerdos extraños, aquí van algunas recomendaciones prácticas:
- Escucha sin juzgar. No lo ridiculices ni lo motives en exceso.
- Toma nota. Apunta los detalles. Si se trata de algo más que imaginación, estos datos podrían ser clave.
- Evita la sobreexposición. No conviertas el tema en el centro de atención.
- Consulta a un psicólogo si hay angustia. Algunos niños se alteran con estos recuerdos, sobre todo si implican muertes o traumas.
- Permite que el recuerdo se disuelva naturalmente. En la mayoría de los casos, los recuerdos desaparecen solos entre los 6 y 8 años.
Conclusión
Los niños que recuerdan vidas pasadas son un misterio difícil de ignorar. Hay explicaciones psicológicas razonables, pero también testimonios que desafían toda lógica. Mientras la ciencia sigue investigando, lo cierto es que este fenómeno pone sobre la mesa una de las grandes preguntas de la humanidad: ¿qué hay después de la muerte?
Y quizás, solo quizás, algunos niños tengan la respuesta antes de olvidarla.
